Sobre una base sin
estructuras descansamos, los
hijos de los libros.
Estatuas del invierno con
tatuajes de frases escritas
por magos de palabras.
Teñidos por sabiduría
artística que acaba en
alguna estantería.
Somos los sueños de otras
vidas, la correspondencia
del pasado.
El remitente de muertos
que no hicieron lo que nosotros,
fuimos.
Actuamos por el protagonismo
concedido del ingenio, hechos
para la prosa.
Nos une la separación entre
párrafos y capítulos de un libro
todavía no redactado.
Hay dentro de uno mismo
miserias siendo futura atención
de un lector equivocado.
Vidas más allá del papel, bodas
que no se celebran, años que
no llegarán a tiempo.
Poesía que se escapa del templo,
nos acaparan sentimientos movidos
por la inercia de ojos al pasar de
lástima con un parpadeo.
Empuñaduras de tinta, manchas en las manos, ebrios de papel y el blues de la vida.
http://www.youtube.com/watch?v=VDDFc3loUYQ
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