En mi cama huele a muerte y resurrección, en mi cama hay sueños muertos y pesadillas vivas. Voy donde nadie existe, donde llueve hacia arriba, donde el vecino de enfrente toca bien la guitarra y tú me quieres. A veces sé doler, como nacer en invierno debajo de un puente, como acabar borracho en una orilla con tu foto en la mano. No soy poeta, aunque lo intento pero acabo siendo un desastre enjaulado por el desamparo, la miseria y la agonía. También sé que soy un anillo de compromiso en manos de la boda de nadie, soy una esquina doblada esperando ser leída. Podría ser humano y llamarme a engaño, podría desentrañar de tu historia el quiste más doloroso pero no quiero, pero no quieres. Tampoco quiero que pagues nada, solo déjame varado en la cama, esperando mujeres y placeres como las de Apollonia Saintclair. El amor se me está escapando por la ventana haciendo sangrar las heridas de la esperanza, cerrando persia
Buscadme en mundo del limbo y el arte, en el abrazo y el reinicio.