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Mostrando entradas de octubre, 2014

Elend.

Estar contigo dentro del secreto, el acecho y la navaja al otro lado  de tu cuerpo. El puente se rompe y me sangran las manos, cicatrizo entre tus piernas,  entre tu vello púbico. Un poema sinfónico, tus gemidos por mi sexo ascético y contiguo a la pasión. El vagabundo que besa la moneda tiene que dejar de buscarle tu parecido a las mujeres que ve en la calle. La sangre vence al agua mientras yo te quiero, por encima de todo. Las palabras se me caen de la lengua en un ombligo diferente, que no es el tuyo. Por la noche la justicia cierra los ojos y acabo como un impune entre tus labios y sábanas Sólo y poco cuerdo, he vuelto a soñar: con pájaros muertos con la campana rota. De utopía en utopía primero contigo y luego poeta. https://www.youtube.com/watch?v=KAtBJKRYGDk&index=6&list=PLOVbqFFpRDnxaAjA0QBu770e0fnebUniU

Salo.

 (imagen de Steve Salo) No me creeréis pero ya escribía esto antes de nutrirme con esos poemas: Soy el espejo que todavía no se ha roto tu cuentakilómetros suma más números y en la gasolinera hay un perro abandonado. Soy el dolor peor que el parto, que la muerte  por eso te alejas y vives lejos de esta mala pata. Y para qué volver a enamorarte, no quiero volver a clavarte la espada y dejarte  colgando de mis partes. Ahora para tu cuerpo seré un extraño en su propia casa, un problema menos que disfrazas. Corrían los extraños debajo del puente mientras tú me bailabas txarango  y dejaba de buscar exilio. Me abandonaste y los paganos quemaron iglesias soy una rata hasta para mis mejores amigos. Pídele permiso a tus padres para leer este poema. https://www.youtube.com/watch?v=7oH4r4TIsss&list=PLOVbqFFpRDnxaAjA0QBu770e0fnebUniU&index=15

Voz herida.

Vivo en el tejado de un libro, en su sencillez y su finura me pongo de pie en el y por un lado está el verano y por el otro el invierno la soledad y la compañía, el lector y el que es leído. Leo, como lloro, hacia dentro. Me conformo con pocas palabras por éso leo poemas, por eso te digo que me ames yo me abrazo a la muerte como quien ama la lluvia y pisa sobre ella. Salen marchitas las flores de la primavera, en tu coño, porque ya no me tienes porque estoy en invierno y nadie me salva, en otra estación en otro lugar donde poder llorar mis pecados donde ver la vida desde un ventanal de miradas grises. Le he dado la vuelta a tu cuerpo muchas veces, buscando el punto cardinal que hizo perderme, pero solo encuentro amor, hay mil escribiendo poemas pero solo uno te quiere yo me lanzo a tus pasiones. El poema justo para acabar el día, para no cortar y que la sangre no inunde el suelo de mi casa voy tan borracho que me he meado encima, que l