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Mostrando entradas de junio, 2014

Piedras y despedidas, habibi.

He soñado con esas palabras y las he dejado entrar en la carne, libres, como el cuchillo en cualquier horizonte de la  vida. Dejé de lamentarme por haber perdido el amor de mi vida, pero la sangre está reciente como bien abierta está la herida. Ya no te escribiré poemas por la espalda, ya no haré estrofas inspirándome en el espacio que dejaban tus orgasmos. La lefa caerá, no en tu abdomen, y yo estaré arrodillado sin consuelo dándole de comer a mis perros hambrientos. Conduzco hacia el destierro y tus labios no piden claudicar más en los míos. Los recuerdos por la mente me acabarán sacando los ojos como cuervos a quien se lo merece. Soy el último rincón de la basura donde  solo caben los corazones rotos y los relojes parados. Me dedicaré a vender rosas y mecheros para ver si te encuentro en la terraza de cualquier bar. Qué sería del amor sin sufrir por algo que se va y lo ves alejarse haciéndole

"Que el amor no cueste nada"

Me gusta el amor descuidado,  ese que solo se respira en los sueños que parecen reales. Me gustan las sonrisas rotas que son hijos paridos de la pena y la tristeza. Voy con pies de plomo por tus labios, por si dejo huella y luego te sepo a poco. Amo la indiferencia porque me acerca a la distancia que me une a ti y al otro lado del espejo. Lloro con la alegría porque la veo y nos conocemos muy poco, porque la veo y cada vez nos conocemos menos. Habrás leído esto de hasta el más lerdo, habrás oído estas palabras en tu adentro, como ahora, pero yo también lo siento y me sigo destruyendo. Como las muertes dolorosas por el martillo del águila. https://www.youtube.com/watch?v=QRdF36uKDjA