Puede que no sea
el tiempo, simplemente nosotros, puede que no sea yo y puede que no seas tú. Lo
hemos tirado todo demasiado rápido por la ventana, y ahora yo tengo hambre y tú
también, no nos sabemos dar de comer.
Creo que dejaré
de buscar auxilio entre tus piernas, creo que dejaré de buscar exilio detrás de
tus parpados. Me dejaré llevar por el jazz aunque ya no sea tu ritmo, aunque se
estén acabando las notas del piano.
Dos cuerpos en
vela creen en la ignorancia del afecto, en el siempre de la costumbre, en la
memoria de las manos por la piel, en las mentiras que nos decimos y sabemos que
decimos, a mí todo me duele.
Yo no sé
despedirme, hazlo tú por mí, de ti.
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