No tarda el verso si trata de tu
camino, no se sirve del tiempo si
es para llegarte. Tu ingravidez
como destino.
Aún tengo el olor de tu interior en mi
parte baja, tuya, me posee el
recuerdo de dos bestias jugando a
ser hipersensibles.
Mi necedad descansa en poder
verte un tramo al día, darte lo
que le corresponde a ese espacio
de tiempo.
Sentirme único como mi poesía
en tu ojos y saber que por tus manos
mi festividad empieza.
Se sigue por tus piernas el acabar
rindiendo pleitesía a tu vicio,
siénteme despacio que no tengo
prisa.
Ella os hace más putas a todas.
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