envolviendo mis noches en renglones profundos,
en relojes de cambio.
Estréchame la mano para alejarme de la vida
sé que puedes llevarme a la muerte, como la
sombra que lo envuelve todo.
Aquí sigue oliendo a lápida, a sueños que no
llegan, a tardes estivales que se han ido contigo
lejos de mis lágrimas.
Tengo a los miedos plantando sus raíces en
la inseguridad de un cuerpo que ya no sabe
lo que será tenerte.
Duermo acostumbrado a tener tu foto en
mi cama y a la soledad cantando, a mi lado,
que te has ido con otro de su mano.
Deshumano, desunido, desnutrido, famélico
de tus noches. Te escribo esto aunque estés
conmigo por qué no verte cualquier día es oler
la muerte de cerca.
Veinte versos para ti y la cama deshecha.
https://www.youtube.com/watch?v=ZAbozzbeTVA
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