No hay números bailando
bajo la lluvia.
Solo queda un amor perplejo
mojado y atisbado ante el tiempo
que se le escapa.
Sin reflejos del autismo
de tus ojos, actúo por el precipicio
de caer en tu mirada.
Te escribo desde el consumo moral
de echarte de menos, pactando mi
desidia sin entender mis horas sueltas.
Cuento las madrugadas entre la tinta
de mis manos, mis tragos de inseguridades
queman más que tus whiskys.
Mis labios de cartón se prenden desde
lejos con la chispa de tus pupilas.
Mi metáfora favorita es la vida, te entiendo
lejos de mi presencia, ya no escribo para ti
solo me suicido entre un lenguaje cínico.
Después de mi clemencia viene el vértigo
denunciando agravios ahí fuera, fuera de
tu domingo.
La peor miseria es tener que decirle esto
al folio y no a tus ojos.
http://www.youtube.com/watch?v=djrAcm_C6ss
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