Estoy rompiendo núcleos de tristeza,
vuelvo a hacer rodar a mi experiencia
me vasto con un sucio atrezo.
Ya he tenido versos ciegos en tu pelo
he comido abandonos más difíciles de
masticar que el propio ego.
Hoy me suelto las riendas, en mi desconfianza,
dejo que se apliquen el cuento mis años
de errores.
Yo me protejo de mi mismo aunque el
daño ya esté marcado, todo hecho y la
casa por demoler.
Aunque resulte impropio para mis veinte,
no hay más dolor que yo, yo, yo y después
yo mismo, llueve a ego en mi ventana.
Cambio andares borrachos por ojos que
descansen en las madrugadas y no mueran
como lo hacen todos.
Me visto de esperanza y marco la casilla
de la incertidumbre porque no sé quien llenará
este jardín en el tiempo.
Sueño mi muerte asumiendo que viene por derecho
o por izquierdo, que más da si cada vez esto
es menos techo.
Y más débil como mis pilares cuando crecí, yo
me he vencido a mí mismo y aún así nadie ha
ganado, todo sigue en derrota.
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