Oye... que no trabajo
para la vida si no para
unos versos.
Oye que mi acometida
descansa en escribir misivas
para unos necios.
Oye que le estoy entregando
todo a estas páginas y
me sigo quedando en el sinsentido.
Oye, pasee las calles de Valencia por
sus pies, la noche se quedó con lo
que hicimos.
Oye que los sueños están colgados del
calendario esperando ser cumplidos o
extrañados.
Oye-me que ando cerca de
cada verso fugitivo.
Dile a mí que ya no soy lo que esperaba ser.
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